Tarta de hojaldre, crema pastelera y frutas. Reto Alfabeto Dulce

Como cada día 25, hoy publicamos el Reto Alfabeto Dulce. Pero hoy no es un reto más, porque hoy se cumple nada más y nada menos que un año desde que Ana del blog Cook the Cake inició esta aventura. Y claro, este mes teníamos que preparar algo especial, porque no todos los días se celebra un aniversario, ¿verdad?

Este mes, de manera excepcional, ha sido la propia Ana la que ha escogido el ingrediente que debíamos utilizar: fruta. Sí, fruta, así, en general, la que quisiéramos, libertad absoluta. La única "exigencia" era hacer referencia, de alguna manera, al primer aniversario del reto. La verdad es que al principio me pareció fácil, pero luego comencé a volverme loca porque había tantísimas posibilidades, y todas tan ricas... Y ya conocéis el dicho: a grandes males, grandes remedios, así que en lugar de perder el tiempo y desesperarme decidiendo opté, directamente, por no decidir y preparar un postre que me diera la oportunidad de usar muchas frutas distintas. ¿Qué mejor que una tarta de frutas variadas con crema pastelera y hojaldre? Suena bien, ¿verdad?

Es una tarta deliciosa, muy suave y súper fresca, además es taaaaan bonita... Y, por si fuera poco, es facilísima de hacer: usamos hojaldre comprado, la crema pastelera se hace en un pis pas y las frutas sólo tenemos que pelarlas y cortarlas, así que ¡hala! Nos colgamos el mandil y manos a la tarta. Os digo los ingredientes y vamos al lío.

Para la crema pastelera:

• 2 huevos
• 300 ml de leche
• 30 gramos de maizena
• 60 gramos de azúcar

Para la gelatina de almíbar:

• 50 ml de agua
• Media cucharada de azúcar
• Una hoja de gelatina

Y además:

• Una placa de hojaldre
• Frutas variadas, en mi caso, kiwi, pera, mandarina y uvas

Vamos a comenzar preparando la base de la tarta, que no tiene ningún misterio. Extendemos la placa de hojaldre sobre el molde que hayamos escogido (preferiblemente desmontable) y con ayuda de un cuchillo recortamos la parte que sobresalga por los bordes.

Pinchamos varias veces la base con un tenedor y la cubrimos con un trozo de papel sulfurizado (podemos reutilizar el que viene con el hojaldre). Encima del papel colocamos algo de peso para evitar que el hojaldre suba (garbanzos, alubias... yo tengo un bote de alubias que guardo desde hace muchísimo tiempo con este fin) y metemos el molde al horno, que tendremos precalentado a 190 grados con calor arriba y abajo.

Horneamos durante unos 15 minutos, hasta que el hojaldre se dore ligeramente. Si es necesario, podéis hornearlo dos minutos extra ya sin el papel sulfurizado para que coja un poco más de color. Sacamos del horno y dejamos el molde sobre una rejilla para que se enfríe el hojaldre.

Vamos ahora con la crema pastelera. Para ello, ponemos los huevos y el azúcar en un cazo y batimos con las varillas de mano hasta que se mezclen bien. Añadimos la maizena y volvemos a batir hasta que no queden grumos. Por último, echamos la leche y mezclamos hasta que se integre todo completamente.

Ponemos el cazo al fuego (a media temperatura) y batimos mientras la mezcla se calienta. En pocos minutos notaréis que la mezcla espesa, en ese momento bajáis el fuego al mínimo y cocináis durante un minuto más. Separamos el cazo del fuego y dejamos que le crema se enfríe.

Pelamos las frutas y las cortamos en láminas finitas, y por el momento, las reservamos mientras preparamos la gelatina de almíbar, necesario para que las frutas queden más brillantes y, sobre todo, para que pierdan color y se conserven perfectas. Ponemos la hoja de gelatina en un cuenco con agua fría para que vaya hidratándose. En un cazo, ponemos el agua con el azúcar y lo llevamos al fuego. Cuando rompa a hervir, bajamos un poco el fuego y dejamos un par de minutos más. Añadimos la hoja de gelatina y removemos un poco para asegurarnos de que se deshaga completamente. Separamos del fuego y dejamos que se temple.

Ya tenemos todo listo, vamos con el montaje de la tarta. Vertemos la crema pastelera sobre el hojaldre y lo extendemos bien. Sobre la crema colocamos las láminas de fruta, intentando que no queden huecos. Por último, con ayuda de una brocha, pintamos con la gelatina de almíbar toda la fruta para que quede bien brillante y no pierda color. Dejamos reposar un ratito la tarta en la nevera para que se asiente un poco antes de zampárnosla, así estará aún mejor. ¡Que aproveche!

Algunos consejos:

• Lo bueno que tiene esta tarta es que permite usar cualquier fruta: fresas, frambuesas, mango, melocotón, ciruela, plátano, naranja... ¡Usad las que más os gusten! Y sacad a relucir vuestra creatividad y colocad las frutas de la manera que más os guste.
• Otra opción para hacer la gelatina es usar, en lugar de almíbar, zumo de frutas. En ese caso, debéis seguir los mismos pasos: hidratar la gelatina y añadirla al zumo caliente. El zumo de manzana, por ejemplo, le va estupendamente.
• Si no queréis hacer vosotros mismos la gelatina, podéis usar uno de los sobrecitos de cobertura que venden en los supermercados o pintar la fruta con un poco de mermelada (la que mejor le va es la de melocotón).

Esta tarta es muy sencilla de preparar y es muy resultona. De lo buena que está, ni os cuento. ¡No se puede comer sólo un trocito! No es nada empalagosa, es muy suave y, además, con la variedad de fruta que permite, cada uno puede escoger su pedazo favorito, así que es perfecta para poner el broche final (de oro) a una buena comida. Si os animáis a prepararla, sacadle una foto y enviádmela, me hace muy feliz ver lo buenas que os quedan las recetas del blog. Os recuerdo que podéis seguir Mrmlada en Facebook, Twitter e Instagram, los enlaces están justo aquí mismo a la derecha.