Canutillos de Bilbao con crema pastelera. Reto Reposteras por Europa (en Euskadi)

Como cada día 10 de mes, aquí vengo con mi receta para el Reto Reposteras por Europa. Pero este no es un reto cualquiera, porque hoy se cumple nada más ni nada menos que un año desde que Pili, de Tothom a la Cuina,  nos embarcó en esta aventura gastro-viajera. Para celebrarlo, este mes vamos a hacer algo especial y esta vez, en lugar de irnos a algún país europeo, nos quedamos en casa. Y ya conocéis el dicho: "como en casa, en ningún sitio".

Así que este mes, cada uno de los blogs participantes tenemos que preparar una receta de nuestra Comunidad Autónoma. Quienes me seguís en el blog sabéis que soy de Bilbao (de toda la vida) y que, a lo largo de este tiempo, he publicado bastantes recetas de mi cuidad y de Euskadi en general: los macarrones de Bilbao, el pastel de arroz, la pantxineta, tejas de almendra, bollos de mantequilla... y seguro que me dejo alguna sin nombrar. Está claro que la gastronomía y la repostería de nuestra tierra es la que mejor conocemos y, a mí en particular, me hace especial ilusión compartiros esas elaboraciones que he comido desde pequeña y un poco de su historia.

Supongo que no hace falta que os diga que la gastronomía vasca es muy amplia y variada: pescados, carnes, quesos, esos pintxos deliciosos que se encuentran en cualquier bar... y en la repostería no se queda atrás. Hay tantísimos dulces que podría nombraros: goxua, intxarsalsa, pastel vasco... Además, en Bilbao hay varios dulces que son de aquí y sólo se encuentran en esta cuidad: los bollos de mantequilla, los rusos (unos dulces de merengue y nata), los pasteles de arroz y las carolinas, unos pasteles de merengue. Todos buenísimos y 100% bilbaínos (la ostia).

Para esta ocasión he optado por un postre clásico y tremendamente delicioso: canutillos de Bilbao. Se trata de una masa que se enrolla en unos canutillos metálicos, se fríe y se rellena de crema pastelera. ¡De lo mejor de Bilbao! Bueno, y por ende, del mundo entero... Como os decía, es la receta clásica, porque ahora es fácil encontrar estos canutillos hechos con hojaldre (yo misma hice esta versión rápida, podéis verla aquí) y, aunque con hojaldre están deliciosos, no tienen nada que ver con la receta que os muestro hoy. Sólo os puedo decir que tenéis que probarla... Y como tenéis que probarla, lo mejor es que os diga de una vez los ingredientes (con algún cambio respecto a la receta original) y nos pongamos al lío. Goazen!

• 300 gramos de harina
• 150 ml de leche
• 60 ml de aceite
• Media cucharada de zumo de limón
• Una pizca de sal
• Azúcar para espolvorear los canutillos
• Crema pastelera (podéis ver aquí cómo prepararla)

Ponemos en un bol la leche, el aceite y el zumo de limón. Batimos un poco y añadimos la harina tamizada y la sal. Mezclamos ligeramente con una cuchara y luego amasamos con las manos hasta que la masa esté bien lisa e integrada. Formamos una bola con la masa y la guardamos en la nevera al menos durante media hora, envuelta en papel film.

Extendemos la masa con un rodillo hasta que esté bien fina y cortamos tiras de masa largas, de unos quince centímetros de largo y unos dos dedos de anchura. Enrollamos estas tiras sobre los canutillos metálicos, superponiéndolos un poco y dejando libres los extremos de los moldes (para que luego podamos desmoldarlos sin problema).

Echamos una buena cantidad de aceite en una sartén y, cuando esté bien caliente, echamos los canutillos con la masa. Los freímos hasta que estén bien doraditos y, a medida que los vayamos sacando de la sartén, los dejamos sobre un papel absorbente. Cuando estén templados, los desmoldamos con cuidado y los volvemos a dejar sobre el papel. Yo tengo seis moldes: voy friendo los canutillos de tres en tres y, mientras tengo una tanda en la sartén, preparo los otros tres moldes.

Cuando estén fríos, ponemos la crema (también fría) en una manga pastelera con una boquilla mediana y rellenamos los canutillos. Cuando estén rellenos, los pasamos por un plato con azúcar para que se impregnen bien y ya están listos. On egin! ¡Que aproveche!

Algunos consejos:

• Los moldes de canutillos son muy sencillos de encontrar, los venden en ferreterías, tiendas de menaje de cocina y bazares chinos. Los míos son metálicos y me costaron bastante poco, creo que no llegó a tres euros.
• Os recomiendo que rellenéis los canutillos con la crema pastelera casi en el último momento, de esa manera, la masa se mantendrá crujiente y perfecta.
• Los canutillos aguantan bien unos días (como os decía, no rellenos) guardados en un bote o lata herméticos bien cerrado.
• Tanto para hacer la masa como para freir los canutillos yo uso aceite de oliva, porque es el que tengo en casa, pero también podéis usar de girasol.
• El relleno tradicional de estos canutillos es la crema pastelera, pero podéis probar otras opciones como nata, trufa... un poco a vuestro gusto.

Como podéis imaginar, estos canutillos de Bilbao están tremendos, deliciosos. Tenéis que hacerlos y disfrutar de este postre típico o, mejor aún, visitad mi tierra y probadlos in situ. Eso sí, venid con hambre porque aquí se come muy muy bien, os aviso. Y además, aparte de tener una gran gastronomía, hay cantidad de sitios preciosos que tenéis que conocer, así que no lo dudéis y en vuestras próximas vacaciones veniros pal norte. Un último detalle: guardad en la maleta un paraguas que de vez en cuando llueve un poco... ¡No podemos ser perfectos! Para despedirme, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter e Instagram, os dejos los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!