Galletas noruegas. Reto Reposteras por Europa
Después de casi un mes de sequía recetil, aquí estoy de vuelta. La verdad es que he estado con pocas ganas de hornear, como os comenté en la publicación anterior, me operaron del pie y no he tenido demasiadas ganas de meterme en la cocina. Pero hay que animarse, y qué mejor ocasión para retomar el blog después de este pequeño parón que uno de los retos que tanto me gusta, Reposteras por Europa.
Porque, oye, ya que no me he podido ir de vacaciones físicamente, al menos viajo virtualmente (si es que, quien no se conforma es porque no quiere...). Y nada más y nada menos que a Noruega, que es donde nos trasladábamos este mes en el reto. He de confesaros que he tenido que investigar bastante porque, a parte del archiconocido salmón, no sabía demasiado (por no decir ná de ná) la gastronomía noruega.
Menos mal que tenemos internet... Navegando descubrí bastantes recetas dulces interesantes, y después de darle vueltas, me decidí por traeros estas pastas tan ricas que ví en el blog La Cocina de Morilands. Me llamaron la atención porque entre sus ingredientes está la yema de huevo cocida y, hasta el momento, nunca la había usado en una receta dulce. El resultado, increíble. Unas galletas de mantequilla deliciosas, crujientes y con un sabor buenísimo. Vamos, de esas recetas que sé que voy a hacer muchas veces más... No me entretengo más y os digo los ingredientes.
- 300 gramos de harina
- 80 gramos de azúcar
- Una yema de huevo cocida
- Una yema de huevo
- 150 gramos de mantequilla en pomada (blandita, pero no derretida)
- Un huevo entero
- Un puñadito de almendras fileteadas
La elaboración de la masa de estas pastas es súper sencilla. Ponemos en un bol la harina, el azúcar y la yema de huevo cruda. Desmenuzamos con los dedos la yema cocida y la añadimos al bol junto a la mantequilla en pomada. Con las manos amasamos todos los ingredientes hasta que la masa no se pegue y podamos formar una bola con ella.
Envolvemos la masa en papel film y la guardamos en el frigo al menos media hora, para que podamos trabajarla más fácilmente.
Pasado este tiempo, colocamos la masa sobre un trozo de papel de horno (para que no se nos quede pegada a la mesa) y con ayuda de un rodillo la extendemos hasta tener una lamina de un grosor de un centímetro aproximadamente. Con ayuda de un cortapastas vamos haciendo las galletas y las colocamos en una bandeja del horno (cubierta por papel sulfurizado). Yo, para decorarlas un poco más, he hecho una lámina muy fina de masa, he cortado algunas figuras con unos cortapastas y he colocado estas láminas sobre algunas galletas.
Colocamos las galletas en una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado, con una brocha las pintamos con un poco de huevo batido y las guardamos en la nevera de nuevo mientras precalentamos el horno a 180 grados.
Cuando el horno haya cogido calor, sacamos las galletas de la nevera y, si queremos, este es el momento de poner por encima un poco de almendra laminada. Introducimos nuestras galletas en el horno y las dejamos hasta que se doren, unos 15 minutines más o menos (ya sabéis que cada horno es un mundo).
Una vez estén listas, las sacamos y las pasamos a una rejilla hasta que se enfríen completamente. ¡Listas! ¡A comer!
Algunos consejos:
- A la hora de pintarlas con el huevo batido, no os paséis. Si echamos demasiado huevo van a dorarse mucho en el horno.
- Para conservarlas perfectas, guardadlas en una lata hermética. Aunque os aviso que con lo buenas que están no van a durar demasiado...
- Si se os ha olvidado sacar la mantequilla de la nevera, metedla 10 segundos en el microondas. Con ese tiempo es suficiente para que se ablande un poco y podamos manejarla mejor.
- Si no tenéis cortapastas, no pasa nada. Cortadlas con un cuchillo bien afilado o con un cortapizzas; si queréis darles forma redonda ayudaros de un vaso o una taza.
- La decoración es totalmente optativa, hacedla a vuestro gusto. La almendra queda muy bien, pero podéis poner algún otro fruto seco o incluso espolvorear un poco de azúcar por encima.
La verdad es que me encanta regresar a la rutina bloguera con una receta tan rica, sencilla y resultona. Estas galletas no podéis dejar de hacerlas, os van a encantar, ya veréis. Como siempre os digo, cuando os animéis a prepararlas recordad sacar una foto para que pueda ver lo buenas que os quedan, me hace muchísima ilusión. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter e Instagram, tenéis los enlaces aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!
Te han quedado chulísimas Elena y seguro que estaban buenísimas ummmm
ResponderEliminarBesos
Tremendas... Creo que esta tarde voy a hornear una tanda nueva... Un besote
EliminarQue gorditas y doraditas...ummmm, como me llaman...je,je.
ResponderEliminarJajaja! Sírvete las que quieras!
EliminarUn besote
Me vendrían que ni pintadas para el cafetito que me estoy tomando ahora...
ResponderEliminarMándame un par de docenas... ajajjajajja ;)
Besitos
Para el café son perfectas Ana! Marchando un par de docenas!
EliminarUn besote
Tienen una pinta espectacular tan doraditas, preciosa y ricas seguro!!Un beso
ResponderEliminarGracias Elisa! La verdad es que están buenísimas...
EliminarUn besote
Como va ese pie, a mi me operaron del tendón de aquiles también hace un mes, así que te entiendo, no esta una para nada, pero me alegro que estés mejor y vuelvas con más fuerza, deliciosa receta. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesos
Va poco a poco, ya sabes, las cosas de palacio... Nos toca tener paciencia!!
EliminarUn besote y ánimo
¡Con lo monstruo de las galletas que yo soy imposible que no me gusten estas! ¡Te copio la receta!
ResponderEliminar¡Besos mil!
La gastronomía es otra forma de viajar, conocer mundo y otras culturas. a la vista está con estas galletas tan ricas que nos has traído hoy.
ResponderEliminarRecupérate pronto guapísima.
Un besito :)
Elena me alegro que estés más animadas y las galletas bien curiosas
ResponderEliminarElena me alegro que estés más animadas y las galletas bien curiosas
ResponderEliminarEs una buena vuelta a la rutina.Ya pronto encendemos el horno y nos ponemos a destajo con él ,así que estas galletas están entre las candidatas.
ResponderEliminarUn beso.
Están buenísimas, te han quedado preciosas, a mí la masa me dio un poco de guerra cuando las prepare. Seria por el tipo de harina. Las tuyas están de lujo. Besazos!!
ResponderEliminarHola Elena! Yo creo que andábamos todas más o menos igual...sin demasiadas ganas de encender el horno...yo creo que el calor de este verano nos ha dejado medio aletargadas, ¿verdad? Pero oye, el resultado merece la pena, porque te han quedado unas galletas con una pinta...ñam, ñam!
ResponderEliminarHola Elena! Me alegro que estés mejor y la vuelta no ha podido ser más buena!! Estas galletas hechas con la yema cocida es muy curiosa, pero no pueden tener mejor pinta!! Un beso
ResponderEliminarUna receta de galletas curiosa, por la yema cocida como ingrediente, el resultado se ve espectacular, me llevaría unas cuantas galletas para desayunar.
ResponderEliminarEspero que ya estés recuperada del todo de tu operación.
Besos.
Súper monas! Me encantan!
ResponderEliminarBesos