Tarta de hojaldre con nata, chocolate blanco y fresas
He de confesaros que no soy muy fan de celebran San Valentín, me da un poco de rabia que me impongan cuando he de ponerme romanticona y cursi. Prefiero sorprender (y que me sorprendan...) con un pequeño detalle en cualquier otro momento más inesperado, aunque bueno, si mañana me encuentro con alguna sorpresita tampoco le voy a decir que no, ¿eh?
Y como prefiero organizar una cena especial en cualquier otra ocasión, hace un par de semanas sorprendí a mi chico con esta rica tarta que os traigo hoy. Hojaldre crujiente, nata, chocolate blanco y fresas, todo ello rematado con un poco de chocolate negro derretido y unas almendras. Se me hace la boca agua... ¡Qué cosa más rica! Es la combinación perfecta de sabores y texturas. Vamos, que no dejamos ni las migas. Además la preparación es muy sencilla: hornear hojaldre, montar nata y poco más. Así que, celebréis o no San Valentín, tenéis que hacer esta tarta. No me enrollo más, os digo los ingredientes* y nos ponemos a cocinar.
- Una placa de hojaldre (en mi caso, rectangular)
- 3 cucharadas de azúcar (dos para el hojaldre y una para la nata)
- 200 ml de nata para montar (mínimo 35% de materia grasa)
- 50 gramos de chocolate blanco
- 5 o 6 fresas grandes
- 25 gramos de chocolate negro
- Un puñadito de crocanti de almendra
*Para una tarta grande o dos medianas del tamaño de la que veis en las fotos
Ponemos el hojaldre sobre un trozo de papel sulfurizado (nos sirve el que viene con el hojaldre) y lo extendemos un poco con ayuda del rodillo. Ahora, si queremos hacer dos tartas medianas en lugar de una grande, como ha sido mi caso, lo partimos por la mitad con un cuchillo afilado a un cortapizzas. Pinchamos la masa varias veces con un tenedor y espolvoreamos las dos cucharadas de azúcar, bien repartidas por toda la superficie.
Colocamos el hojaldre sobre la placa de horno y lo cubrimos con más papel sulfurizado. Encima ponemos otra bandeja de horno o algo de peso para que el hojaldre no suba y metemos al horno, precalentado a 190 grados con calor arriba y abajo.
Horneamos tapado y con el peso 20 minutos y, pasado este tiempo, descubrimos y horneamos otros cinco minutines más para que se dore un poco. Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Mientras tanto, troceamos el chocolate blanco y lo derretimos en el microondas (cuidado, que el chocolate blanco se quema con facilidad). Una vez derretido, añadimos un par de cucharadas de nata y mezclamos bien hasta que se integre totalmente. Vertemos el resto de la nata (muy fría) en un bol y la batimos con las varillas eléctricas; cuando esté semimontada añadimos la cucharada de azúcar y continuamos batiendo hasta que esté bien firme. Echamos el chocolate blanco y lo integramos, mezclando suavemente con ayuda de una espátula.
Cuando la nata esté lista, la distribuímos sobre el hojaldre. Yo lo he hecho conayuda de una manga pastelera y una boquilla de estrella, pero si no queréis complicaros echadla directamente con una cuchara y listo. Lavamos las fresas, las cortamos y las colocamos sobre la nata.
Por último, decoramos haciendo unos hilos con el chocolate negro derretido y con el crocanti de almendra. ¡Listo! ¡A disfrutar!
Algunos consejos:
- Podéis usar hojaldre refrigerado o congelado, pero si optáis por la segunda opción recordad sacarlo del congelador con antelación (una hora suele ser suficiente). Como os explicaba al principio, he optado por hojaldre rectangular y cortarlo en dos para hacer dos tartas medianas, pero esto es a vuestro gusto.
- La decoración con chocolate negro y crocanti es opcional, aunque la verdad es que combinan genial con la nata y las fresas.
- Esta tarta queda también muy bien con cualquier fruto rojo: frambuesas, moras, arándanos... o incluso mezclando varias de estas frutas. Como suelo deciros, a vuestro gusto y con lo que tengáis disponible.
- Os recomiendo que montéis la tarta justo antes de servirla para que el hojaldre esté bien crujiente. Podéis hacer todas las preparaciones con antelación (hornear el hojaldre, montar la nata con el chocolate blanco...), de esta manera hacer el montaje no os llevará más que un minuto.
Sé que, si hacéis esta tarta, me lo vais a agradecer eternamente. Es de las cosas más buenas que he probado en mucho tiempo, y que conste que eso es muchísimo decir. Pero claro, la unión de cosas tan deliciosas como hojaldre, nata, chocolate blanco y negro y fresas sólo puede tener un resultado espectacular. Cuando preparéis esta tarta enviadme una foto para que pueda ver lo riquísima que os queda. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter e Instagram, los enlaces los tenéis justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Elena, qué delicia de tarta, fácil y muy resultona, me encanta!
ResponderEliminarFeliz sábado!
Besos.
Yo también soy más de celebrarlo cualquier día. Me ha encantado esta tarta, que buena idea. Besos
ResponderEliminarOhhh que buenisima pinta tiene!! Puede que me anime a hacerla,ya que las tartas con fresas son de mis preferidas :)
ResponderEliminarFeliz San Valentín jeje.
Besitos!!
Sencillita y rica. Un besazo.
ResponderEliminarpara mí deliciosa y para sorprender con mucho cariño y amor!! un beso guapa
ResponderEliminarmadre mia solo con verlo he engordado 20 kilos!Pero que maravilla!delicioso elena,que rico!!
ResponderEliminarmuaks