Alitas de pollo picantonas al horno

Otra vez más, os digo que en casa somos muy muy fan del pollo. Ya sé que os lo digo siempre, pero es que el día menos pensado nos sale cresta... Es económica, rápida de cocinar y resulta súper versatil: hay miles de millones de recetas diferentes. No en vano, es la carne más consumida en el mundo. Por algo será, ¿no?

Yo generalmente prefiero cortes con hueso, que resultan más jugosos, y en particular, me encantan las alitas. Me resultan súper sabrosas y además ya sabéis que me encanta rechupetear huesecillos, así que son mi debilidad. A mi novio no le gustan tanta como a mi (él no es tan fan del rechupeteo...) así que no las cocino tan a menudo como me gustaría, aunque a veces me doy el capricho con recetas como la de hoy. Estas alitas quedan deliciosas, con un toque picantito y además, al hacerlas en el horno, no resultan nada pesadas. Así que ya sabéis: si os gustan las alitas, tenéis que prepararlas sí o sí. No me enrollo más: os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.

• 12 alitas de pollo
• Una patata grande o dos pequeñas
• Una cucharadita de sal
• Una cucharada de pimentón picante 
• Una cucharadita de pimentón dulce
• Una cucharadita de comino en polvo
• Una cucharadita de pimienta
• Una cucharadita de orégano 
• Dos dientes de ajo
• Tres o cuatro cucharadas de vinagre
• Dos cucharadas de aceite de oliva

Pelamos las patatas y las cortamos en dados no muy grandes. Las ponemos en un bol amplio junto con las alas de pollo y añadimos todas las especias: orégano, pimienta, comino, los dos tipos de pimentón y la sal. Pelamos los ajos, los machacamos y los echamos al bol con el resto de ingredientes. Añadimos el aceite y el vinagre y mezclamos bien, asegurándonos de que todas las alitas queden bien impregnadas del adobo. Tapamos con papel film y guardamos en la nevera una hora. 

Pasado este tiempo, pasamos las alitas y las patatas adobadas a una fuente apta para horno (previamente engrasada con unas gotas de aceite). Metemos en el horno (precalentado a 180 grados con calor arriba y abajo) y horneamos durante 25-30 minutos (dependiendo un poco del tamaño de las alitas). Sacamos del horno y servimos con una cervecita bien fría. ¡A comer con las manos se ha dicho!

Algunos consejos:

• Si preferís, en lugar de poner las alitas enteras podéis partirlas (en muchas carnicerías las venden directamente ya partidas y sin la parte final).
• Adaptad el toque de picante a vuestro gusto: añadid más cantidad o menos en función de vuestra tolerancia y la de vuestros comensales.

Esta receta es muy sencilla, rápida y además manchamos poco, así que no os quejaréis. ¡No puede ser mejor! Si la preparáis, mandadme una foto para que pueda ver lo rica que os queda, me hace mucha ilusión que preparéis las recetas del blog. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!