Natillas de vainilla (con vídeoreceta)
El postre favorito del mundo mundial de mi chico son las natillas. Le gustan muchísimo y, de vez en cuando, me pide que se las prepare. Yo encantada, por que le doy el gustazo a él y, de paso, a mí misma, que también me encantan, desde pequeña.
Además de gustarme muchísimo, es uno de esos platos que saboreo aún más de los bonitos recuerdos que me trae. Me enseñó mi abuelo Pepe a hacerlas hace muchos años, se trata de una de esas recetas tradicionales que siempre triunfan: pocos ingredientes, nada de trabajo y un resultado de 10. de verdad, quedan deliciosas, nada que ver con unas natillas industriales y en 15 minutos están listas. A mi me gustan con (mucha) canela y a mi chico con galleta maría, ¿vosotros cómo las preferís? Mientras os lo pensáis, pasaos a ver la vídeoreceta en mi canal de YouTube (y ya de paso os suscribís....).. No me enrollo más: os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.
- Medio litro de leche
- 4 yemas de huevo
- Una cucharada de maicena
- 100 gramos de azúcar
- Una vaina de vainilla
- Canela en polvo
- Galletas maría
Ponemos en un cazo la leche y las semillas de la vaina de vainilla. Para sacarlas, abrirlos por la mitad la vaina con ayuda de un cuchillo afilado y rascamos con el filo del cuchillo, arrastrando todas las semillas del interior.
Ponemos la leche a calentar a fuego suave y, cuando rompa a hervir, retiramos del fuego y dejamos infusiones durante unos minutos. Después, colamos, para evitar que las semillas de vainilla, que ya han dado todo el sabor, pasen después a las natillas.
En un bol mezclamos el azúcar con las yemas y la maicena. Cuando esté bien integrado, añadimos la mitad de la leche (ya templada) y volvemos a mezclar bien. Vertemos esta mezcla en el cazo con el resto de la leche, batimos hasta mezclar por completo y llevamos de nuevo al fuego.
Cocinamos a fuego suave, removiendo sin parar, hasta que la mezcla espese. Tardará pocos minutos, no os preocupéis. Cuando estén en su punto, retiramos la cazuela del fuego y vertemos las natillas sobre los cuencos o recipientes donde vayamos a servir nuestras natillas. Terminamos decorando con unas galletas maría y un poco de canela.
Algunos consejos:
- No tiréis la vaina de vainilla después de sacarle las semillas: meted la en un bote con azúcar y dejarlo reposar unos días, de esa manera tendréis un azúcar aromatizado perfecto para usar en cualquier otra receta.
- Es importante que, mientras las natillas estén en el fuego, no nos despistemos: espesan muy rápido y antes de que nos demos cuenta pueden quemarse al fondo del cazo.
Animaos con estas natillas caseras: os aseguro que las recetas de mi abuelo Pepe no defraudan. ¡Os van a encantar! Y son tan sencillas, que merece muchísimo la pena hacerlas. Si os animáis a hacerlas, mandadme una foto para que pueda ver lo buenas que os quedan, me hace mucha ilusión que preparéis las recetas del blog. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!
los postres de siempre y los más clásicos son que siemore triunfan en cualquier mesa. Qué natillas tan deliciosas, se ven en su punto y seguro que saben a gloria!!un beso
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