Albóndigas de pollo con salsa de zanahoria
Hay ciertos platos que recuerdan a casa, a hogar, a familia. Esos platos que de pequeño nos cocinaba nuestra madre, padre, tía o,como era mi caso, mi abuelo Pepe, y que, aún hoy, consiguen evocarnos tantos y tantos recuerdos. Esos platos que siempre donde mejor se cocinan es nuestra casa (y si no me creéis, que levante la mano quien nunca haya dicho alguna vez eso de "las mejores ____ (introdúzcase aquí lo que corresponda: croquetas, tortilla, albóndigas...) son las de mi madre)".
Y uno de esos platos "caseros", reconfortantes, de toda la vida, que, estoy segura, ha estado presente en las mesas de todos nosotros, son las albóndigas en salsa. ¡Qué ricas! Las de hoy son de pollo con salsa de zanahoria y piden mucho pan para mojar, que es como mejor se disfrutan unas buenas albóndigas caseras. No me enrollo más: os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.
- Medio kilo de carne de pollo picada
- Un huevo
- 50 gramos de miga de pan o dos rebanadas de pan de molde
- Un vaso de leche
- Un pizca de ajo molido
- Una cebolla
- Cuatro zanahorias
- Un vaso y medio o dos de caldo de pollo o de verduras
- Tres cucharadas de harina
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta molida
- Perejil
Partimos en trocitos el pan y lo ponemos en un bol junto con la leche. Dejamos reposar para que se empape bien. Mientras tanto, vamos a ir preparando la salsa de zanahoria. Pelamos y picamos la cebolla y las zanahorias y las ponemos en una cazuela con tres cucharadas de aceite. Rehogamos a fuego vivo unos minutos y cubrimos con el caldo. Añadimos una pizca de sal y de pimienta y dejamos cocina a fuego medio durante 20 o 25 minutos, hasta que las verduras estén blanditas.
Mientras tanto, vamos con las albóndigas. Ponemos en un bol la carne picada, el ajo, la sal, el huevo y una pizca de perejil picado. Escurrimos bien el pan, lo echamos al bol con todos los demás ingredientes y mezclamos todo bien con las manos. Formamos bolitas con la carne y las rebozamos con harina. Continuamos hasta terminar toda la carne.
Ponemos aceite en una sartén y freímos las albondigas enharinadas (evitando un exceso de harina) por todos los lados. Las retiramos a un plato con papel de cocina para evitar un exceso de grasa.
Cuando la salsa esté lista, la trituramos con la batidora o con ayuda de un pasapurés y añadimos las albóndigas fritas. Dejamos cocinar a fuego medio todo junto unos 15 minutines, para que las albóndigas terminen de hacerse y todos los sabores se integren. Rectificamos de sal y ¡listo! A la hora de servir, lo único que hay que tener en cuanta es que hay que tener (muuucho) pan para poder mojar en la salsa. ¡Buen provecho!
Algunos consejos:
- Este es de esos platos que gana con el reposo, así que si podéis, hacedlo con antelación para que gane en sabores. Al día siguiente, estará aún si cabe más rico.
- Si tenéis tiempo y os apetece, podéis hacer doble cantidad y congelar. De esta manera, siempre tendréis una dosis de cocina casera esperando en el congelador.
Estas albóndigas están deliciosas, quedan súper jugosas y la salsa está realmente rica. Cuando las hagáis, mandadme una foto para que pueda ver lo buenas que os quedan, me hace muchísima ilusión que os animéis con las recetas del blog. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!
Estos son los mejores, dí que sí. En casa mi madre hacía unas albóndigas memorables que eran más simple que dar pedaladas, pero a mí me parecían las más ricas del universo mundo. Esas son las buenas.
ResponderEliminar:)
Buenísimas Elena! A mi me encantan y con bien de pan para mojar como tú dices ;) La verdad es que llevas razón, yo como las albóndigas de mi madre y mi padre ningunas! ajajjaja.
ResponderEliminarMe ha encantado la receta. Buenisisisimas. Se la he hecho a mi peque y se ha comido todo! Muchas gracias
ResponderEliminarCuanto me alegro de que os hayan gustado. 💚
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