Bizcocho salado de jamón y queso (con vídeoreceta). El Asaltablogs

Hoy es el último domingo de mes y, como no podía ser de otra manera, aquí llego a mi cita con el reto Asaltablogs que organiza mi gran amiga Marga, del blog Azafranes y Canelas. Esta vez, el blog asaltado es La Cocina Violeta de Carol y me ha hecho especial ilusión que la última asaltada de la temporada sea ella porque es una persona muy especial para mi. Muchas veces os he dicho que el blog me ha traído mil millones de cosas buenas y entre ellas está el haber conocido a un grupo de personas que, a día de hoy, y a pesar de la distancia, se han convertido en verdaderos Amigos para mí. Sí, Amigos así tal cual, con mayúscula.

Carol es una persona valiente y echada "pálante", de las que no se rinde ante las adversidades. Aunque hay algo de ella que no me agrada tanto y sobre lo que he de advertiros seriamente. Y es que Carol es una incitadora nata y logra que muchos de los que estamos a su alrededor terminemos sucumbiendo y comprando mil cacharritos de cocina: que si la crockpot, que si la deshidratadora, la panificadora... ¡es un peligro! Salvo este detallito sin importancia, Carol es una gran mujer y una buenísima amiga y ha sido muy muy difícil escoger solamente una receta que robarle. Tras mucho buscar, he optado por mangarle este bizcocho salado de jamón y queso que está delicioso y es híper sencillo de hacer. Además, os he grabado la elaboración en vídeo para que veáis qué fácil es de hacer, así que no hay excusas para no prepararlo, ¡os va a encantar! No me enrollo más: os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.

• 300 gramos de harina
• 3 huevos
• 150 gramos de queso en dados (yo he usado mitad gouda y mitad emmental)
• 100 gramos de jamón serrano picado finamente
• 150 ml de agua
• 150 ml de leche
• 50 ml de aceite de oliva (o de girasol)
• 80 gramos de azúcar
• Una cucharadita de orégano seco
• Una cucharadita de sal
• Media cucharadita de pimienta

Lo primero que vamos hacer en la receta de hoy es preparar el molde que vayamos a usar. Yo voy a usar un molde de chimenea: voy a comenzar engrasando el fondo y las paredes con un poco de mantequilla y después cubriré el fondo con papel sulfurizado o de horno. Podéis ver en el vídeo como lo hago, es mucho más fácil de lo que parece. Cuando tengamos el molde engrasado, vamos con la masa de este bizcocho, que se prepara en un pis pas. Ponemos en un bol los tres huevos junto con el azúcar y el aceite. Batimos bien estos tres ingredientes con unas varillas de mano hasta que se integran por completo. Si preferís, podéis usar unas varillas eléctricas, pero la verdad es que este tipo de masas con unas varillas manuales se hacen perfectamente.

Ahora toca añadir el agua y la leche. De nuevo, volvemos a volvemos a mezclar bien con las varillas durante unos segundos. Llega el momento de echar los ingredientes secos: la harina, previamente tamizada, la levadura química, la sal y la pimienta y el orégano. Con ayuda de una espátula, vamos a mezclar todo muy bien con movimientos envolventes, hasta que no queden grumos. Ahora, echamos los dados de queso y los trocitos de jamón, reservando un poco de cada cosa para luego, y mezclamos un poco con la espátula.

Vertemos la masa del bizcocho en el molde que hemos preparado al principio. Después, repartimos por encima el queso y el jamón que hemos reservado. Y ya solamente nos queda hornear nuestro bizcocho: lo metemos en el horno, que tendremos precalentado a 180° con calor arriba y abajo, y lo horneamos durante aproximadamente 35 minutos. Ya sabéis que siempre os digo que cada horno es un mundo y el tiempo puede variar también en función del molde (estos de chimenea son bastante rápidos porque el calor se distribuye muy bien), así que si queréis comprobar si está listo, pinchadlo con un palillo en el centro: si sale seco está perfecto, si sale manchado de masa significa que necesita un poco más de tiempo de horneado.

Una vez tengamos nuestro bizcocho horneado, lo sacamos del horno y lo dejamos templar sobre una rejilla durante 10 o 15 minutos antes de desmoldarlo. Solamente nos queda cortarlo y disfrutar de él. ¡Que aproveche!

Algunos consejos:

• Yo he usado un molde tipo chimenea, con un agujero central, pero podéis usar el molde que tengáis para bizcochos. Puede ser cuadrado, redondo, o rectangular tipo plum cake: en cualquier caso este bizcocho salado saldrá perfecto, aunque como os digo el tiempo de horneado puede variar un poco. En cualquier caso, es importante que engraséis bien el molde para que en el momento de desmoldar este bizcocho, no tengamos ningún problema.
• Yo he optado por usar dos tipos de queso, cheddar y emmental. Pero podéis usar cualquier variedad de queso que os guste y que tengáis por la nevera, en todo caso este bizcocho quedará genial.
• Lo mismo os digo con las especias y las aromáticas: yo he puesto pimienta y orégano, pero podéis añadir comino, pimentón, hierbas provenzales, romero, ajo en polvo... ¡lo que queráis!

Este bizcocho queda súper esponjoso y tierno y tiene un sabor espectacular, con un contraste entre un poquito dulce y salado que es genial. Me recuerda un poco a esos bocadillos de embutido con pan de leche que comía de pequeña para merendar (y ahora de mayor algunas veces también, para que engañarnos...) y es una verdadera delicia. Si os animáis a prepararlo, mandadme una foto para que pueda ver lo rico que os queda, me hace mucha ilusión que hagáis las recetas del blog. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!