Patas de buey de mar al ajillo
Ya sabéis que si hay algo en lo que no me resisto es el marisco. Nécoras, caracolillos, cigalas, navajas, centollos, mejillones, gambones… ¡mi perdición! ¡Creo que podría comerlos día tras día sin cansarme! Y también me gusta innovar. Realmente, lo tradicional con el marisco es sota, caballo y rey: hervido, a la plancha o en arroz. Y la verdad es que así cocinados están deliciosos, pero a mí de vez en cuando me gusta darle una vuelta de tuerca y buscar maneras diferentes y originales de cocinar estos grandísimos productos de mar.
Y eso es lo que vamos a hacer hoy: vamos a preparar unas patas de buey de mar o bocas de marisco al ajillo. Una receta un poco diferente a la que solemos usar para el buey de mar, pero que os aseguro que queda espectacular de rico. Os vais a chupar los dedos hasta el codo, prometido. Y como ya es tradición, he grabado la elaboración en vídeo para el canal de YouTube, ir corriendo a verla. No me enrollo más: os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.
- 8-10 patas de buey de mar o bocas de mar cocidas o frescas (las mías eran cocidas, de la marca Aligator)
- 3 dientes de ajo
- 50 ml de vino blanco
- 1-2 guindillas cayena (opcional)
- Un poco de perejil fresco picado
- Sal
- Aceite de oliva
Lo primero que vamos hacer es poner un wok o una sartén un poco honda al fuego y echamos tres cucharadas de aceite de oliva. Cuando el aceite coja temperatura, añadimos los dientes de ajo picados finamente y las guindillas, en caso de que queramos ponerlas. Cocinamos a fuego medio uno o dos minutos, hasta que cojan un poco de color.
A continuación, echamos las patas de buey (si están cocidas nos aseguraremos de que estén bien escurridas). Incorporamos también el vino blanco, un poco de perejil fresco picadito y, en este punto, si las patas son frescas echamos también un poco de sal (si son cocidas ya llevan un buen punto de sal). Tapamos la cazuela y cocinamos dos minutos en caso de que las patas estén previamente cocidas, o cinco o seis minutos en caso de ser patas de buey frescas.
Pasado el tiempo necesario en cada caso, apagamos el fuego y ya podemos servir. A la hora de llevar a la mesa, de manera opcional podemos poner unos gajos de limón y un poco más de guindilla y perejil por encima. ¡Que aproveche!
Algunos consejos:
- Esta receta podemos hacerla también sin problema con patas de cangrejo real o de centollo, con nécoras o incluso con cangrejos de río. Todo depende de lo que encontréis en el mercado y de vuestro presupuesto.
- Si usáis patas congeladas, hay que dejarlas descongelar totalmente en la nevera antes de cocinarlas.
- Como siempre os digo, el toque de guindilla es opcional, aunque a este tipo de recetas un toque un poco picantito le va muy bien.
Esta receta no puede ser más fácil de hacer, y os aseguro que queda para chuparse los dedos. Si os animáis a prepararla, mandadme una foto para que pueda ver lo rica que os queda, me hace mucha ilusión que preparéis la recetas del blog. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tienes los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!
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