Paté de sardinas o sardinillas de lata ¡Para dipear y hacer canapés!

Que soy una loca de los aperitivos y de un buen picoteo no es ningún secreto. De hecho, para mí son de las mejores cosas del fin de semana: sentarse relajadamente, sin prisa, antes de comer, y disfrutar de una charla mientras picoteamos algo rico. Sin duda, es uno de los pequeños grandes placeres de la vida.

Y para estos aperitivos me encanta preparar patés caseros: no dan nada de trabajo, se hacen en un plis y dan mucho juego. Así que cuando vi que en la Degusta Box de este mes venían un paquete de tortillas de trigo para wraps de la marca Mission y una lata de sardinillas en aceite de oliva de Albo (podéis ver aquí el unboxing para descubrir todos los productos), enseguida me lancé a hacer un paté y unos canapés que han sido un triunfo absoluto. 

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Para el paté:

• Una lata de sardinas o sardinillas en aceite de oliva (en mi caso, sardinillas de la marca Albo)
• 175 gramos de queso de untar tipo philadelphia 
• 3 cucharadas de tomate frito
• Una cucharada de mayonesa
• Un huevo cocido
• Media cucharadita de pimentón 

Para los canapés:

• Tortillas de trigo (las mías son tortillas para wraps de la marca Mission)
• Paté de sardinas
• Un puñado de aceitunas sin hueso
• 1 o 2 pimientos del piquillo 

Lo primero que vamos hacer es abrir, con cuidado de no mancharnos, la lata de sardinas. Después, vamos a ir sacándolas de una en una y vamos a quitarles la espina central. Es un proceso muy fácil: simplemente tenemos que abrirlas con un tenedor por la mitad, retirando los lomos, y después tiramos de la espina, que sale prácticamente sola. Es un proceso muy rápido que no nos llevará nada de tiempo. En caso de usar sardinillas, como es mi caso, este proceso es opcional, pero la verdad es que como no cuesta nada, yo lo hago igualmente. En caso de ser sardinas, que son piezas un poco más grandes, yo sí os recomiendo que lo hagáis. A medida que quitemos la raspa central, vamos poniendo la carne de las sardinas o de las sardinillas en el vaso de la batidora. El aceite de la lata reservadlo, es probable que más tarde lo necesitamos.

Después, pelamos el huevo cocido y lo troceamos. Lo ponemos en el vaso de la batidora junto con el queso de untar, el tomate frito, la mayonesa y el pimentón, que puede ser dulce, picante o una mezcla de ambos, a vuestro gusto. Trituramos todo durante unos minutos con la batidora hasta tener un paté bien fino. Yo lo hago con la batidora de mano y queda perfecto, pero podéis usar un robot de cocina, si disponéis de él y así lo preferís.

Cuando el paté esté triturado, si queremos que quede un poco más emulsionado, añadimos, mientras continuamos batiendo, una o dos cucharadas del aceite de las sardinas. Aportará cuerpo y además potenciará muchísimo el sabor de este paté. Continuamos batiendo hasta que el aceite se integre por completo. Guardamos nuestro paté de sardinas en la nevera durante al menos un par de horas antes de servirlo, para que lo sabores se integren y el paté termine de coger consistencia. 

Cuando el paté haya reposado en el frigorífico, ya podemos servirlo. Una de las ideas es ponerlo en un cuenco y servirlo con tostadas y picos de pan para untarlo y dipear. Lo podemos llevar a la mesa tal cual, pero yo siempre los decoro un poco: en esta ocasión le he puesto por encima unas aceitunas, unas semillas de sésamo, unos granos de pimienta rosa y unas hojitas de albahaca.

Y así servido está delicioso, pero aparte hoy vamos a preparar unos ricos canapés con ese paté de sardinas y las tortillas de trigo. Untamos la superficie de las tortillas de trigo con una o dos cucharadas del paté, sin llegar a los extremos: dejaremos libre aproximadamente 1 centímetro en los bordes.

Después, repartimos unos trocitos de aceituna y pimiento por encima (no es necesario poner mucha cantidad, queremos que den un toque de sabor pero que no roben el protagonismo al paté). Y después enrollamos las tortillas sobre sí mismas, sin apretar demasiado, hasta formar un rulo. Repetimos este proceso con todas las tortillas que queramos, en función de la cantidad de canapés que queremos que nos salgan (a mi me han salido 8 por cada tortilla; aunque los de los extremos quedan un poco feotes).

Cuando hayamos hecho todos los rulos que queramos, lo ideal si tenemos tiempo es dejarlos reposar así un rato antes de cortarlos para que las tortillas de trigo se asienten y  mantengan mejor la forma. Y ya solo nos queda cortar los canapés: cortamos los rollitos en trozos de bocado, de un centímetro y medio o dos de grosor. Cuando tengamos los canapés cortados, los colocamos en una fuente para servirlos. Podemos dejarlos tal cual o darles un toque para que queden un poco más vistosos. En mi caso, les he puesto simplemente unas láminas de pepinillo a unos, y a otros un poco de pimiento rojo y una hojita de albahaca fresca. ¡Una auténtica delicia!

Algunos consejos:

• Os recomiendo que para hacer este paté uséis ingredientes de buena calidad. Se trata de una elaboración sencilla y el sabor final dependerá de ello.
• Como siempre os digo, la decoración tanto del paté como de los canapés es sólo una idea. Adaptadla a vuestro gusto y a los elementos que tengáis por casa.
• Para mi gusto, a este paté le va muy bien un toque picante. Si queréis, en lugar de pimentón podéis añadir unas gotas de tabasco o cualquier otra salsa picante que os guste.

Este parte queda buenísimo, os aseguro que ya sea limpiando o en canapés es un auténtico vicio. Si os animáis a prepararlo, mandadme una foto para que pueda ver lo rico que os queda, me hace mucha ilusión que preparéis la recetas del blog. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!