Cómo cocer y congelar bígaros o caracolillos de mar

Ya sabéis (más que nada porque os lo he dicho medio millón de veces) que el marisco es mi debilidad. No soy capaz de resistirme si me lo ponen delante: me da igual que sean langostinos, navajas, almejas, mejillones, nécoras, cigalas... ¡todo me encanta! Vamos, que otra cosa no, pero que soy de morro fino es innegable. Y los caracolillos de mar o bígaros me rechiflan, como os imaginaréis. ¡Me parecen una auténtica delicia! Para mí son el aperitivo ideal: simplemente cocidos son un manjar y son como pipas. Sí estas a mi lado con un plato de caracolillos delante no te despistes, que cojo carrerilla y cuando te des cuenta han volao. Quien avisa no es traidor...

Y yo siempre los cuezo en casa. No tiene ningún misterio y quedan deliciosos, además calentitos recién hechos están de rechupete. Y hoy en esta entrada os enseño precisamente a eso: a cocer bígaros correctamente, y también cómo conservarlos una vez cocidos y cómo congelarlos. ¡Ahí es nada! Como siempre, os he grabado el vídeo para el canal de YouTube, ¡corred a verlo! No me enrollo más: os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.

• Caracolillos o bígaros (la cantidad que queráis)
• Sal
• Un par de hojas de laurel (opcional)

Lo primero que tenemos que hacer es lavar muy bien los caracolillos debajo del agua del grifo. Después, ponemos agua fría en un bol, la cantidad suficiente para cubrir los bígaros o caracolillos y añadimos un puñado de sal. Mezclamos un poco con una cuchara y echamos los bígaros. Los dejamos así en remojo durante unos minutos (no hace falta dejarlo demasiado tiempo, contenerlos 10 minutines es suficiente). Tras el remojo, los escurrimos y los volvemos a pasar bajo el agua del grifo.

A continuación, ponemos una cazuela al fuego y añadimos agua, la cantidad suficiente para cubrir los caracolillos. Para que os hagáis una idea, yo tenía 500 gramos de bígaros y he puesto un litro de agua. Después, echamos sal: necesitaremos 70 g por cada litro de agua, esa es la proporción perfecta para que los caracolillo queden con el punto de sal perfecto. Otra opción, si tenéis el mar cerca, es usar directamente agua de mar para cocer el marisco. En este punto, añadimos las hojas de laurel, si es que queréis ponerlo: yo personalmente prefiero el marisco sin laurel, pero a vuestro gusto. Esperamos a que el agua rompa hervir a borbotones y en ese momento echamos los bígaros.

Cuando el agua vuelva a hervir de nuevo a borbotones, dejamos que los caracolillos cuezan durante tres minutos (cuatro si son muy grandes) Transcurrido ese tiempo, rápidamente los retiramos del agua. Lo servimos directamente, no es necesario pasarlos por agua fría: recién hechos, aún un poco calentitos, son una auténtica delicia.

Si no vais a comerlos al momento, dejad que se enfríen por completo, guardadlos en un recipiente hermético y mantenedlos en el frigorífico hasta la hora de disfrutarlos, fríos están también súper ricos. En la nevera aguantan un par de días sin problema. Y si queréis congelarlos, en cuanto estén totalmente fríos guardadlos en una bolsa de congelación y directos al congelador. Cuando queráis comerlos, los sacáis y los dejáis en la nevera hasta que se descongelen por completo. 

Para comerlos, es tan sencillo como retirar la tapita negra redonda que tienen en el extremo (como curiosidad, os diré que se llama opérculo) y después, pinchamos la carne con ayuda de un alfiler y la extraemos. No tiene ninguna complicación. ¡Que aproveche!

Algunos consejos:

• Adaptad la cantidad de caracolillos en función de los comensales que seáis y del resto de aperitivos o platos que vayáis a servir.
• Es importante que, para que la carne de los caracolillos no quede tiesa y pueda extraerse bien de la cáscara, respetemos los tiempos de cocción.

Un plato de caracolillos es una gran manera de comenzar cualquier comida. Se comen como pipas y son el aperitivo perfecto. Si os animáis a hacerlos, mandadme una foto para que pueda ver lo bien que os quedan, me hace mucha ilusión que preparéis las recetas del blog. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!