Cómo utilizar, conservar y congelar cúrcuma fresca
A lo que especias se refiere, el mundo se divide en dos grupos de personas: quienes tienen sal, pimienta y perejil picado (y se limitan a usar la sal) y quienes tenemos especias por encima de nuestras posibilidades. Como veis, yo soy del segundo grupo, sin ninguna duda. Me encanta cocinar con especias y como podéis ver en las recetas del blog, son un básico en mi día. ¡No sé cocinar sin ellas! De hecho, os confesaré que en mi reciente mudanza, llené una caja solamente con especias y sazonadores. ¡Una caja entera!
Una de mis especias favoritas es la cúrcuma. Tiene un montón de propiedades y tiene un sabor que va muy bien con todo tipo de platos. Y desde hace un tiempo, se encuentra cada vez más fácilmente fresca en los mercados y fruterías, así que en la receta de hoy quiero explicaros detenidamente cómo usarla y cómo conservarla en casa. Como siempre, os he grabado un vídeo para el canal de YouTube con todas las explicaciones, ¡corred a verlo! No me enrollo más, vamos al lío.
¿Cómo son las raíces de cúrcuma fresca?
Tal y como podéis apreciar en las fotos, la raíces de cúrcuma, son de un tamaño más bien pequeño, con una piel de color marrón clarito y el interior de un color naranja muy muy intenso. Estas que he comprado yo para el vídeo son un poco más pequeñas de lo normal, generalmente son un poquito más grandes y a veces desarrollan ramificaciones o rizomas que hacen que la raíz de la cúrcuma se parezca mucho a la raíz del jengibre.
¿Cómo cocinar con cúrcuma fresca?
Al igual que ocurre con la cúrcuma molida, la cúrcuma fresca se puede usar tanto en elaboraciones crudas (smooties o batidos, por ejemplo) o en elaboraciones cocinadas. En cualquier caso, siempre necesitaremos pelarla previamente. Para pelarla podemos usar un pelador o un cuchillo pequeño o puntilla: si son raíces más grandes yo me apaño mejor con el pelador, pero en raíces pequeñitas como estas me resulta más fácil hacerlo con un cuchillo. Vosotros hacedlo de la forma más cómoda para vosotros.
Eso sí, una cosa muy importante que hay que tener en cuenta a la hora de usar cúrcuma fresca es que tiene un poder colorante muy muy fuerte, así que es imprescindible ponerse guantes para protegerse las manos de las manchas.
Una vez tengamos la raíces de cúrcuma peladas, las picaremos de una manera u otra, más grandes o más pequeñas, en función del tipo de elaboración en la que vayamos a usarla. Para que os hagáis una idea, usaremos la cúrcuma tal y como haríamos con el jengibre o con el ajo.
¿Cómo conservar las raíces de cúrcuma?
La raíces de carcoma aguantan varios meses sin problema en la nevera, en el cajón de las verduras. También se pueden congelar, y yo cuando compro cúrcuma siempre opto por esta opción: compro bastante cantidad y la congelo para tenerla ya lista para usar cuando quiera: me parece eso mucho más cómodo que andar pelando y cortando la cúrcuma cada vez que quiera usarla.
Para congelarla, lo que haremos es pelarla y picarla finamente, después la guardamos en un bote o tarrito y lo llevamos a congelador. Cuando queramos usar la cúrcuma, solamente tendremos que sacar del congelador la cantidad que queramos y listo.
Como habéis visto, usar la cúrcuma fresca en casa es súper sencillo y es mucho más aromática y sabrosa que la cúrcuma molida, así que si tenéis opción de comprarla no lo dudéis. Espero que este truco de Cocina os haya parecido muy útil. Por último, como siempre, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por visitar Miss Pimienta y dedicar un minuto a dejar tu comentario. Si tienes alguna duda o sugerencia, no dudes en ponerte en contacto conmigo.