Bizcocho de mandarina, almendra y chocolate

Más de una vez os he dicho que el olor a bizcocho horneándose es, para mi, uno de los mejores aromas del mundo. Me trae muchos recuerdos de aquellas tardes preparando con mi abuelo su delicioso bizcocho de yogur y, desde luego, en mi opinión no existe mejor ambientador posible. Además no hay nada mejor que disfrutar de un trocito (o dos...) de un pastel o bizcocho casero, ¿no os parece? Así que no se hable más, ¡todos a la cocina a preparar el bizcocho de hoy! Creo que coincidiréis conmigo que, a la hora de hornear un bizcocho de mandarina (o cualquier preparación que vayamos a cocinar en el horno, ya sea dulce o salada), podemos usar moldes de diferentes clases o materiales, pero sea como sea, es vital que estos sean de buena calidad. 

Habéis visto en mis vídeos de YouTube que a mí me gusta mucho usar moldes de tartas desmontables. Seguro que ya sabéis qué son, pero os lo explico en un pispas: se trata de moldes para hornear compuestos por dos piezas: la base, y un aro que conforma las paredes (que puedes ser más o menos altas), que se encaja a través de un cierre a la base. La ventaja de usar este tipo de moldes es que facilitan mucho el desmoldado de nuestros bizcochos y tartas, aunque hemos de asegurarnos de que sean de la mejor calidad para que sean completamente estancos y no haya fugas de masa en el horno. ¡Esa es la pesadilla de cualquier repostero!

Y otro tipo de moldes muy comunes hoy día y que yo uso un montonazo son los moldes de silicona. Este tipo de moldes los encontramos en todo tipo de tamaños y formas y para mi tienen varias ventajas clarísimas y súper interesantes: no es necesario engrasarlos previamente ya que son antiadherentes, y además se pueden usar tanto en el horno como en el microondas (a diferencia de los moldes metálicos, que no se pueden introducir en el microondas). Y ya sabéis que yo hago un montonazo de recetas en el micro, así que este tipo de moldes de silicona son un básico prácticamente en mi día a día. Y otra cuestión positiva de este tipo de moldes es que, como os decía, los hay de todo tipo de tamaños y formas, así que podemos encontrar el que más se adapte a nuestras necesidades.

Y el bizcocho de mandarina y almendra de hoy (que está hiper-mega-bueno), podemos hacerlo en el molde que más nos guste, sea redondo o cuadrado, desmontable, o de silicona. Vamos, que podéis usar el molde que tengáis en casa, ya que el éxito de este bizcocho está asegurado. No me enrollo más, os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.

• 3 huevos
• 150 gramos de azúcar 
• 150 ml de zumo de mandarina
• 120 ml de leche 
• 150 ml de aceite de girasol o de oliva suave 
• 200 gramos de harina
• Medio sobre de levadura 
• La ralladura de 3 mandarinas
• 50 gramos de almendra en polvo o harina de almendra
• 50 gramos de pepitas de chocolate 
• Un puñado de almendras laminadas 

Ponemos en un bol los huevos y el azúcar y batimos con unas varillas (de mano o eléctricas) hasta que la mezcla doble su volumen. Añadimos los líquidos (el zumo, la leche y el aceite) y la ralladura de mandarina y volvemos a mezclar bien. Tamizamos la harina y la levadura y añadimos ambas cosas a la mezcla anterior. Integramos suavemente (ahora lo ideal es usar una lengua o una espátula) hasta que no queden grumos y, por último, añadimos la harina de almendra y las pepitas de chocolate. 

Vertemos la masa en el molde que hayamos escogido (en mi caso era uno tipo chimenea de silicona; si optáis por uno desmontable mi recomendación es que que lo engraséis previamente con un poquitín de mantequilla o cubierto con papel de horno) y echamos por encima unas cuantas almendras laminadas y un poquitín más de azúcar. Metemos en el horno, precalentado a 180 grados con calor arriba y abajo, durante aproximadamente 40 minutos. El tiempo ya sabéis que puede variar en función del tipo de horno, molde... Sacamos del horno y dejamos templar 15 minutos sobre una rejilla antes de desmoldar. ¡Listo! ¡A disfrutar de nuestro delicioso bizcocho! 

Algunos consejos: 

• Si no tenéis mandarinas, podéis usar naranjas, pomelos o algún otro tipo de fruta cítrica. Podéis incluso mezclar varias.
• Yo he usado pepitas de chocolate de las que se compran ya hechas, pero otra opción es coger unas onzas de chocolate negro y partirlo en trocitos con ayuda de un cuchillo. ¡El resultado es el mismo!
• A m la capa superior de láminas de almendra y "azuquitar" me encanta, de un punto crujiente y extra dulce súper rico que os va a encantar.

Os aseguro que el sabor de este bizcocho es una auténtica delicia, queda espectacularmente bueno, prometido. La mandarina y el chocolate combinan genial, y la almendra en polvo hace que quede muy húmedo. En fin, ¡que tenéis que hacerlo sí o sí! Si os animáis a prepararlo, mandadme una foto para que pueda ver lo bueno que os queda, me hace mucha ilusión que preparéis las recetas del blog. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!